Los jardines verticales, también conocidos como muros verdes o paredes verdes, ofrecen una serie de beneficios que los hacen valiosos en entornos urbanos y arquitectónicos.
Estos espacios verdes mejoran la calidad del aire, ya que actúan como filtros naturales, absorbiendo dióxido de carbono (CO2) y liberando oxígeno, lo que contribuye a la mejora de la calidad del aire en entornos urbanos.
La vegetación en las paredes verdes también ayuda a reducir la temperatura en áreas urbanas, ayudando a mitigar el efecto del calor y creando un entorno más fresco y agradable, reduciendo la necesidad de aire acondicionado o calefacción.
La vegetación presente en los jardines verticales también mejora la acústica, disminuyendo el ruido del entorno urbano para lograr un espacio más relajante.
Así mismo, los jardines verticales son hábitats para insectos, aves y otros pequeños animales, lo que fomenta la biodiversidad presente en las zonas urbanas. Además de agregar belleza y atractivo estético a espacios que una vez fueron desanimados.
Si les damos un enfoque hacia la funcionalidad de estos espacios en la ciudad, son ideales para espacios densamente poblados donde no se dispone de espacio horizontal para jardines tradicionales y al llover absorben el agua de lluvia lo que contribuye a prevenir inundaciones.
Por último, la más importante de sus ventajas, es su mejora del bienestar humano, pues la presencia de vegetación en entornos urbanos se ha asociado con una mejora en el bienestar emocional y la reducción del estrés.
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