Jardines botánicos que lideran con sostenibilidad

Los jardines botánicos ya no son solo vitrinas de plantas exóticas: están a la cabeza de una transformación que los convierte en laboratorios de sostenibilidad, resiliencia y experiencia pública. Dos ejemplos recientes, el rediseño de Marie Selby Botanical Gardens en Sarasota (EE. UU.) y la “Re-enchanted” renovación del Giardino dei Limoni en Villa Medici (Roma), muestran caminos diferentes pero complementarios para proyectos de alto impacto. 

Marie Selby Botanical Gardens: tras una inversión mayor en su campus urbano, Selby se convirtió en lo que medios y la propia institución describen como el primer complejo botánico “net-positive” en energía del mundo. La intervención incluye una gran instalación fotovoltaica (decenas de miles de pies cuadrados de paneles que generan más energía de la que consume el campus), techos verdes, manejo de aguas pluviales y hasta un restaurante diseñado para operar con energía solar y producir parte de sus alimentos en azoteas productivas. El objetivo es pasar de la certificación LEED a estándares más ambiciosos y mostrar que un jardín puede aportar energía y servicios al entorno. 

Villa Medici: el programa “Re-enchanting Villa Medici” ha hibridado sus jardines históricos con una mirada contemporánea que respeta el patrimonio. El Giardino dei Limoni fue replantado y reconfigurado por el paisajista Bas Smets: se replantearon 29 cítricos en tierra, se introdujo una pérgola de 26 metros y se reorganizaron los usos para que el jardín vuelva a producir, acoger eventos y enseñar oficios de jardinería histórica. La intervención equilibra conservación patrimonial, funcionalidad moderna y experiencia sensorial (cenas, actividades, talleres).

Marie Selby y Villa Medici muestran dos caras de una misma moneda: la ambición técnica (generar energía, eficiencia) y la ambición cultural (revalidar paisajes históricos con nuevos usos). Para estudios y desarrollos paisajísticos de alto nivel, la lección es clara: combinar objetivos técnicos medibles, diseño con sentido cultural y modelos de operación sostenible convierte a un jardín en una infraestructura que paga social, ambiental y económicamente.

Si estás pensando en un proyecto que vaya más allá de plantar por plantar, en Yerbabuena podemos ayudarte a convertir esa ambición en un plan técnico y un proyecto ejecutable. Hablemos.