Paisajes sonoros: el poder del sonido en el diseño de jardines

En Yerbabuena promovemos que el paisajismo no sea solo visual. Incorporar el sonido transforma un jardín en una experiencia sensorial completa. En este artículo te contamos cómo el sonido natural aporta serenidad, bienestar y carácter a cualquier espacio.

El concepto de paisaje sonoro

El paisajismo sonoro, conceptualizado por R. Murray Schafer, propone que cada entorno tiene una firma acústica única. En zonas urbanas, donde predominan bocinas y motores, recrear entornos con sonidos naturales conduce a un mayor bienestar emocional.

Elementos que generan sonido natural

  1. Vegetación musical:
    • Bambú, pastos ornamentales y crásulas producen suaves susurros al moverse con el viento.
  2. Fuentes y cuerpos de agua:
    • Chorros, cascadas y estanques generan ritmos calmantes y constantes que atenúan el ruido ambiental.
  3. Biodiversidad acústica:
    • Flores nativas, bebederos y refugios atraen aves e insectos. Su canto aporta vida y dinamismo.
  4. Materiales con eco:
    • Caminar sobre grava, madera o paso de piedra también añade textura sonora.

Diseño aplicado: consejos concretos

  • Fuentes en zonas centrales y lejos de muros planos para evitar el eco molesto.
  • Áreas de silencio vegetal, diseñadas para la contemplación y el descanso.
  • Selecciona especies con distintas alturas y texturas para lograr un entorno acústico complejo.

Beneficios del sonido natural

  • Reduce estrés y ansiedad, según múltiples estudios de biofilia.
  • Favorece la concentración y la relajación mental.
  • Da identidad única al jardín; cada espacio “suena” de una forma especial.

El paisaje sonoro va más allá del verde. Integra agua, viento, fauna y materiales. En Yerbabuena nos dedicamos a diseñar jardines que también se escuchan, ofreciendo desde el primer diseño una experiencia holística para los sentidos.