La lucha contra la contaminación se ha convertido en una de las mayores preocupaciones de las sociedades modernas. Los ciudadanos y los poderes públicos son cada vez más conscientes de la necesidad de tomar medidas dirigidas a paliar los efectos adversos de la contaminación sobre el medio ambiente y la salud.
Desde Yerbabuena, comprometidos con reforzar la conexión entre la naturaleza y el humano venimos, no solo para ofrecer productos y servicios de calidad, sino también para compartirles data relevante y reciente en materia del medioambiente, buscando incentivar progresivamente una cultura más preocupada y vanguardista frente a las problemáticas medioambientales.
En esta oportunidad, les contaremos sobre las manchas blancas o islas de calor humano, que son acumulaciones de temperatura y contaminación generadas por la abundancia de materiales que absorben la radiación solar, como el concreto y otros, de los cuales están hechas la gran mayoría de nuestras ciudades y urbes.
Las causas principales de este fenómeno son la escasez de zonas verdes y cuerpos de agua en nuestras ciudades; y la contaminación industrial y particular emanada por nosotros, los habitantes de dichas metrópolis.
Estas manchas tienen como consecuencia un aumento considerable de temperatura, la creación de escenarios que propician y aumentan la emisión de gases con efecto invernadero y un incremento notable en nuestro consumo energético, el cual hasta el día de hoy, proviene en su gran mayoría de fuentes fósiles no renovables, a pesar de las energías alternativas emergentes.
Está claro que este problema permanece constante y creciente, ya que las ciudades del mundo están ahí para quedarse y seguir creciendo, por lo que tenemos que atacar de una manera inteligente, práctica, realista y colectiva.
La solución radica en cubrir estas grandes manchas con vegetación, a través de la elaboración de techos verdes y jardines verticales que generan gran belleza y armonía visual, mientras que entregan soluciones directas y efectivas en cuanto a reducción de temperatura, contaminación sónica, visual y el aumento de la filtración de gases nocivos, co2 y generación de oxígeno.